Afirmar
cualquier manifestación emocional puede ser sencillo para muchos, pero para
otros, es retador. No por el hecho de tener la emoción (porque todos los humanos
la poseemos) sino que, al buscar ser expresada, son pocos los que se dan el permiso.
Para todo aquel que hoy puede estar sintiendo
cómo la vida se le va entre lágrimas, coraje o suspiros, les regalo esta poesía:
Sentir
Se oprime tu corazón y
lo callas con varias sonrisas.
A veces te cuesta respirar,
no te gusta sentir…
¿Qué?
Destellos de cielos rotos.
La luz intenta alcanzar tu
causa,
la neblina lo interrumpe y
vas caminando sin querer sentir…
¿Por qué?
Dentro de tu mente hay
estructuras.
Unas te dicen que está bien
exponerte.
Otras gritan que te escondas entre los espejos.
Otras gritan que te escondas entre los espejos.
¡Han sido tantas las veces
que te han quebrado!
Intentas sentir…
¿Cómo?
Abres un poco la puerta y las
voces entran.
¿Qué deseas?
¿Por qué corres?
¿Cómo entender?
Ahogas las voces entre la música y el silencio.
Transcurren las horas entre
preguntas,
respuestas y más de la nada.
Así llamas a todo eso que
guardas en el cuadro de tu mente.
Y mientras pones tu descanso
sobre la almohada,
piensas y piensas sin querer.
Sueñas y sueñas deseando que al
despertar todo haya acabado.
O al menos comenzado desde otra óptica.
Sintiendo.
Elizabeth Nun
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