¿Qué tú quieres
para tu vida?
¿Por qué piensas
así?
¿Por qué eres así?
¿No debería ser
tan difícil para ti?
¿Tienes todo para
hacerlo?
¿Sabes cuál es tu
propósito?
¿Quién eres en
realidad?
¿Qué te gusta
hacer?
¿Cómo manejas todo
lo que viene?
¿Cuáles son tus
talentos?
¿De qué te ha
servido lo que has pasado?
¿Cómo estás?
Cuando ya te han bombardeado con tantas preguntas…
¿Alguien esperó tu
respuesta?
Vivimos
en una sociedad que lamentablemente intenta cuestionar la vida, los actos, decisiones
y todo aquello que haces. Te acaparan con preguntas, pero no tienen tiempo para
escucharte. Bendecido eres si tienes a personas que pueden estar ahí para
escuchar tu respuesta y caminar junto a ti por el proceso.
Durante
años la vida va creando diferentes escenarios que van moldeándote. Pueden
cambiar muchas cosas en ti, pero no tocan tu esencia. Puedes tener capas que cubran
tu ser interior, pero no lo desaparecen. Intentar cambiar tu esencia, sería
como matar tu yo.
Hoy
quiero decirte que cada persona en este mundo viene con un propósito. Puedes
estar muy cómodo con tu vida. ¡Y qué bien si es así! Por otro lado, puedes
estar teniendo la peor crisis existencialista. Detestando todo lo que ahora
está ocurriendo y queriendo entender.
¡Queridos y queridas!
Hoy es un buen momento para hacer un ejercicio de amor. Quiero que te detengas frente a un espejo y te digas tres cosas hermosas.
Luego, vas a repetir esta oración:
Hola, querido yo.
Sé que en este momento no
entiendes todos esos por qué.
Y está bien si no lo entiendes.
¡Te juro que está bien!
Sé que estás batallando con
cosas muy duras.
Sé que te han lastimado.
Te han herido.
Te han abandonado.
Perdiste mucho y ahora no sabes
qué hacer.
¡Sí tienes muchos por qué, cómo,
cuándo, quién, etc!
Sé que está muy fuerte eso que
te ha tocado vivir.
¡Sé que odias sentirte así!
Sé que la gente no ha sido tan
amable contigo
y sé que no es fácil hablar cuando no todos
están
en la mejor disposición de
escuchar.
Solo quiero decirte: Acepta que
estás pasando por eso, pero no aceptes quedarte ahí, porque no es tu realidad por siempre al menos que la abraces y la hagas tuya.
¡Te amo!
Luego de
esta oración, échate la bendición y comienza a organizar tus próximos pasos.
¡Voy a ti!
Por: Elizabeth Nun
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