Y qué tal si…
Respetamos nuestro entorno.
Amando
quienes somos y luchando cada día por ser mejores.
Y qué tal si…
Valoramos cada paso que se da.
Entendiendo que la mente, corazón y vida deben coexistir en armonía.
Y qué tal si…
Damos gracias por todo. Lo bueno que nos ayuda
a madurar y
lo negativo que nos despierta hacia la reflexión de lo que no debemos
hacer o permitir una próxima vez.
Y qué tal si…
Miramos algunos atardeceres con la satisfacción
de haber tenido un día más de vida
y comenzar el amanecer con agradecimiento…
¿Sabes cuántos hubiesen deseado tener más días de existencia?
Y qué tal si…
Entiendes que estar triste no es un defecto,
sino una etapa donde nuestra alma reacciona a la decepción o desilusión, pero
que no es eterna.
Y qué tal si…
¡VIVES!
Por: Elizabeth Nun
Facebook: Las letras de Nun
No hay comentarios.:
Publicar un comentario